Sirvan estos dos comentarios sobre lo publicado en prensa para extraer dos grandes bondades sobre lo que se comenta de Steve Jobs: haber fracasado en dos pilares de su vida (trabajo y la vida misma).
El primer fracaso es el haber sido despedido del Consejo de Administración de su propia empresa: Esto a todas luces sería un fracaso, y hasta se antoja trasnochado el motivo: la Administración (el resto de ella) estaba demasiado pendiente del dinero. Para un empresario (que lo es porque invierte un dinero para obtener un rendimiento o beneficio) esta causa parece un sin sentido, sin embargo, si pensamos en que en la vida el dinero es importante pero no es lo único, ni lo más importante, ser despedido por estos valores, en determinadas circunstancias donde la prioridad exige poner una cosa delante de otra, es un auténtico elogio, especialmente si continuar exige una cierta prostitución (venderse física o moralmente, por obtener un beneficio). Quiero decir con esto que de esta conducta se deriva que el Sr. Jobs era empresario no solo para ganar dinero sino para algo más, y cuando una cosa impidió la otra. Se negó a pasar por el aro, aun a consecuencia de ser escandalosamente despedido.
El segundo fracaso es mas personal, muchos pensarán de él que es un escentricismo del triunfador, o una enajenación de la mente creativa, o quizas, algo sobre lo que hay que pasar de puntillas, para no enturbiar a "san Steve", me refiero a su larga negativa a ser tratado de su cáncer de páncreas con quimioterapia o cirugía (las únicas terapias eficazmente conocidas), esto así dicho es una locura, pero hay que decir algo más: el Sr. Jobs se negó durante mucho tiempo porque creía que la cirugía profanaba su cuerpo y que una medicina, llamemos de autoayuda, es suficiente para erradicar cualquier mal. Es decir, se negó al tratamiento porque creía (acto de fe) que eso es lo que debía hacer. A todas luces esto le llevó a la tumba, no sabemos si de otro modo, hubiera sido del % que a pesar del tratamiento no lo consigue, o de los que si lo consiguen. Pero el murió por no renunciar a su fe, así aguantó con heroísmo los embites de amigos y familiares durante muchos meses, en los que le insistían para que aceptara el tratamiento.
Del famoso discurso en la Universidad de Stanford se ven mas cosas importantes sobre Steve Jobs: como que los acontecimientos del presente solo se comprenden o unen (como dos puntos) cuando uno está en el futuro y mira hacia atrás. O dicho de otras manera, ser fiel a uno mismo (a la propia visión, si uno está y permanece convencido de ella), aunque ello conlleve fracasos y sufrimientos a corto plazo, es un gran enriquecimiento personal, y a largo plazo, a veces, también material.
Steve Jobs amaba lo que hacía. El amor es un acto de generosidad, donación y entrega, por lo que esto significa que se daba en lo que hacía, y la prioridad en lo que hacia no era recibir, ganar, sino dar. Gracias a ello surgieron grandes cosas como "Toy history"...
Si ahora nos olvidamos de Steve Jobs como persona de noticia, o de su biografía personal y tomamos el ejemplo de estos dos fracasos, así como el del éxito de Apple. Llegamos a dos conclusiones quizá tendenciosas o simples, pero al menos como hipótesis profundamente interesantes:
Un directivo debe ser fiel a su criterio profesional (aunque se juege el puesto).
Un directivo debe ser fiel a lo que cree bueno y verdadero (aunque se juege la vida).
Sin duda el mundo sería distinto si hubiera mas personas que encarnan con valentía y fortaleza estos dos principios.
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Su posicionamiento sobre el trabajo es estremecedor si se profundiza en su significado, el Sr. Jobs no está hablando del trabajo con palabras bonitas, con un romanticismo trasnochado. Está hablando del camino para hacer un trabajo genial y sentirse satisfecho (feliz) con el trabajo que uno hace. Esto en nuestros días parece una quimera, especialmente cuando uno ve la gente de éxito, frustrada y amargada, con la vida personal destrozada, y el único sueño siempre en el fin de semana y la evasión de lo que uno hace (o la otra cara de la misma moneda que es la del matrimonio con la empresa), eso sí, con un nivel de gastos siempre por encima de la media.
El Sr. Jobs está entendiendo el trabajo en primer lugar como algo que, entre sus distintas formas y maneras, uno debe de escoger solo aquella de la que se enamora, encontrar el trabajo que uno ama, buscarlo sin conformarse hasta encontrarlo. En segundo lugar está poniendo la meta del amor en su profundidad: donación, es decir, trabajar no para cumplir o ganar, sino para hacer un trabajo genial. En tercer lugar, establece un pilar de la felicidad en el echo de este enamoramiento: "realizar un trabajo que uno ame y realizarlo con genialidad".
Finalmente, vivir la vida sabiendo que vamos a morir y preguntándose cada día si uno haría lo que va ha hacer si muriera ese día, es sin duda tener un pié en la trascendencia, en el desprendimiento, en los valores, en el ser, en el hacer y no en el tener. Ser fiel a uno mismo en el sentido de actuar en conciencia.
El epitafio es este: "se fiel a tu conciencia, busca la verdad y ama apasionadamente".